miércoles, 26 de septiembre de 2012

{Drabbles} 2. Soledad - Tabla I

Esta vez viene con sorpresa: Dos viñetas diferentes. Dos visiones distintas de la Soledad.




Título: 2. Soledad (Tabla I de Drabbles).
Personajes/Pareja: Junsu.
Rating: PG.
Género: Pensamientos.
Resumen: Su última noche antes de volver a Corea tras la Tarantallegra World Tour.
Disclaimer: Por mucho que me gustaría lo contrario, se pertenecen a ellos mismos.

Era el más independiente de todos ellos a pesar de que pudiera parecer todo lo contrario. Había sido el primero en levantarse cuando los cimientos de lo que habían construido se tambaleó por su decisión de marcharse de la empresa que les había visto “nacer” como artistas. El primero en ponerse a trabajar arrastrando con él a sus otros dos compañeros evitando que se hundieran en las sombras de la melancolía y de la soledad. Había mucho que hacer, demasiado. Tanto que en ocasiones se preguntaba cómo había sido capaz de levantarse y seguir hacia delante cuando, en realidad, lo único que quería en ocasiones era llegar a su casa, cerrar los ojos y simplemente desaparecer. No lo había hecho por orgullo, porque sabía perfectamente que no necesitaba a una gran compañía detrás para poder llegar hasta lo más alto. Solo tenía que volar y hacer lo que mejor sabía hacer: cantar.

Aquella noche lo había demostrado una vez más. Todos los reconocimientos se lo recordaban día tras día. Era el mejor en lo que hacía y todo había sido gracias al esfuerzo que ponía detrás de los resultados más visibles de su trabajo. No le gustaban las personas que no se esforzaban quizá porque él había tenido que trabajar duro para estar donde se encontraba. Incluso más de lo que la gente podía imaginar. En dos momentos de su vida había creído que todo por lo que había luchado se iba a terminar por causas que prefería no recordar, pero sin embargo no había sido así. No, él había luchado y por esa razón aquella gira mundial que acababa de terminar había llegado a buen fin.

Se encontraba apoyado en la barandilla del hotel en el que se quedaba en aquel país donde hablaban un idioma que no terminaba de entender salvo palabras sueltas. Tan extraño, tan diferente, y que sin embargo le agradaba quizá porque tenía una cierta musicalidad. Miró hacia delante, observando los edificios que no dejaban ver con claridad toda la belleza que tenía aquella ciudad que era la segunda vez que pisaba y frunció el ceño, porque en el fondo había algo que le faltaba estando allí. La soledad estaba pesando sobre sus hombros como una losa demasiado pesada que no podía mover. Como si le hubiera convocado, el móvil comenzó a sonar y sus labios se curvaron de manera instantánea al ver el nombre de la persona que se había molestado en marcar su teléfono a pesar de la distancia.

—Oh, Chun-ah... —esbozó una sonrisa más amplia. —Estoy bien, aunque un poco aburrido. No, no puedo dormir, aquí son... —miró el reloj de pulsera. —Las tres de la mañana. Ajá...

Se giró entonces para adentrarse en la habitación con el alma un poco más ligera, porque a pesar de ser uno de los mejores cantantes del mundo, un verdadero genio, había algo que necesitaba por encima de todo: la compañía de sus verdaderos amigos que impedían que se ahogara en las garras de esa soledad, esa soledad que a veces provocaba que no estuviera seguro de sí mismo y de sus decisiones.

Título: 2. Soledad (Tabla I de Drabbles).
Personajes/Pareja: JaeJoong.
Rating: PG.
Género: Pensamientos.
Resumen: La soledad pesa... incluso rodeado de gente.
Disclaimer: Por mucho que me gustaría lo contrario, se pertenecen a ellos mismos.

Sentirse solo en mitad de la gente era algo que JaeJoong conocía demasiado bien. Sentir que le arrebataban el aliento y la soledad le atacaba sin compasión, destrozando por completo todo lo que había a su alrededor y haciendo que buscara de forma desesperada que hubiera alguien a su lado que realmente importara, personas que fueran algo más que rostros de los que muchas veces no recordaba su nombre. A veces creía que todo era debido a lo que pasó cuando era pequeño, porque en el fondo no dejaba de recordar que su madre lo abandonó y que fue otra familia lo que lo acogió en su seno. No era algo que fuera demostrando y de cara para fuera era lo bastante adulto, maduro, frío como para hacer que todo el mundo pensara que se encontraba bien. Al menos eso era lo que le gustaba pensar.

Arrugó brevemente la nariz en un gesto de desagrado mientras miraba la copa de vino que se encontraba a su lado. No llevaba mucho bebido, pero también eran apenas las once de la noche. Había estado navegando por el ordenador buscando información. Era una de sus tantas costumbres extrañas: skaltear a los que los skalteaban. Sabía que si en ese momento twitteaba, tendría contestación casi en el acto y eso le hacía sentir menos solo, pero no era lo que necesitaba. Ni siquiera tenía a JiJi en el piso, con lo que le gustaba molestar a ese gato, pero con el rodeaje de la serie que había terminado ya no había tenido tiempo para cuidarlo y se lo había dejado a una de sus hermanas. Y lo que le había costado que lo hiciera. Quizá fuera buena idea ir mañana a recogerlo.

—Me aburro.

Apoyó el rostro en los brazos cruzados que se encontraban apoyados en la mesa delante de él y arrugó una vez más el ceño mirando la pantalla y ese video en youtube de una presentación de hacía demasiados años. ¿Esos eran ellos? A veces le sorprendía lo que habían cambiado y se le hacía un nudo en la boca del estómago. No solo era la soledad la compañía que tenía esa noche, no, también era la melancolía. Ambas solían venir de la mano para hacerle añorar un tiempo que sabía demasiado bien que había terminado. Un momento en su vida que había quedado atrás por decisiones que no se arrepentía de haber tomado. Y sin embargo no podía evitar echarlos de menos.

Negó, no era el momento. Se incorporó entonces para andar. Simplemente andar por su casa. Era de esas cosas que conseguían tranquilizarlo y calmarlo lo suficiente como para poder seguir hacia delante después. Se llevó la copa de vino consigo hasta terminar de nuevo sentado, esta vez en el sofá mientras jugaba con esta. Ese silencio era de lo más terrorífico, el saber que no había nadie más en la casa le hacía sentirse como si fuera la única persona sobre la faz de la tierra. Esa sensación aumentaba cuando caía la noche e incluso los ruidos de sus vecinos se esfumaban, los pocos que se escuchaban. Miró el móvil como si de esa manera fuera capaz de transmitir un mensaje telepático para que alguien lo llamara. Y entonces, frustrado, decidió que al menos conseguiría un poco de atención de sus fans.


Dos minutos más tarde sonrió cuando pudo ver el efecto que una simple selca podía conseguir y gracias a esas personas, que en realidad no conocía, se sintió un poco menos solo.



lunes, 24 de septiembre de 2012

Actualización II




Me voy a terminar aficionando a esto de las actualizaciones ¿eh? La verdad es que estoy un poquito nerviosa porque al final he dado un paso que no sé si me queda grande. He abierto una página en facebook para ir poniendo las actualizaciones y esas cosillas ^^ os voy a dejar por aquí el link y si estáis interesados en saber cuándo voy subiendo lo que escribo... ¡dadle un me gusta!

Muchas gracias de antemano ^^

domingo, 23 de septiembre de 2012

{Drabble} 1. Café - Tabla I



Título: 1. Café (Tabla I de Drabbles).
Personajes/Pareja: A vuestra imaginación.
Rating: PG.
Género: Romance.
Resumen: Una mañana de domingo cualquiera.
Disclaimer: Por mucho que me gustaría lo contrario, se pertenecen a ellos mismos.


¿Qué hora era? No estaba del todo seguro, pero se estaba demasiado bien entre aquellas sábanas. ¿Cuánto hacía que no tenía nada que hacer? ¿Realmente nada que hacer? Había perdido la cuenta. ¿Semanas? ¿meses? ¿años? Por fin había conseguido tener esos días relajados que tanto necesitaba. Se giró entonces, notando el vacío a su lado y dejó escapar un pequeño suspiro cargado de desilusión. Se había ido ya. Sabía que no podía pedir más que visitas como aquella: una noche en exclusividad antes de volver a separarse. Eso no quería decir que le gustara, que no le doliera, que no necesitara mucho más. Le hubiera gustado poder decirle que le quería en su cama a todas horas, todas las noches, todos los días, durante semanas si fuera necesario. En ocasiones se le pasaban ideas extrañas, como el secuestrarlo y atarlo, pudiendo de esa manera disfrutarlo siempre que quisiera.

Sabía que no podía hacerlo. Y eso era algo que lo frustraba. Se estiró entonces, con las manos por encima de la cabeza hasta que chocaron con el cabecero de la cama y finalmente se incorporó dejando que la sábana se deslizara por su cuerpo hasta caer en una madeja informe en el suelo. No se molestó en vestirse mientras se dirigía hacia el baño. Apenas unos minutos más tarde el agua de la ducha caía sobre su cuerpo. Había dudado por un momento si dársela entonces o esperar un poco más para poder aprovechar su olor aún en su cuerpo, mientras desayunaba, después de la noche que habían pasado. Su cuerpo se encontraba dolorido, pero saciado. Era esa sensación que tenía de cuerpo flojo, como si estuviera caminando entre nubes. Negó para sí, notando cómo el agua iba retirando el cansancio y también las pruebas de lo que había pasado entre esas cuatro paredes.

Salió de la ducha entonces, secándose el pelo con una toalla tras haber hecho lo mismo con el cuerpo, dirigiéndose hacia su habitación. No había ni rastro de su visita nocturna, lo que provocó que arrugara brevemente la nariz en un gesto molesto. Ni siquiera se había molestado en despedirse. Ni una nota, ni un beso, ni un mensaje al móvil aunque fuera. Sabía que no tenían una relación al uso, pero al menos esas cosas...

—Pensé que lo necesitarías para despertar. —comentó una voz tras de sí -su voz- al tiempo que le tomaban por la cintura apretándolo contra su pecho, sintiendo la calidez de su piel desnuda. Una taza de café apareció delante de sus ojos, haciendo que su olor a recién hecho le provocara una sonrisa.
—Qué bien me conoces. —contestó, tomando la taza llevándosela a sus labios para dar un sorbo y estando a punto de derramarla cuando sintió esos labios recorriendo de forma lenta su cuello haciendo que sus ojos se cerraran y estuviera a punto incluso de ronronear.
—Tengo todo el día libre... —susurró y sus palabras le erizaron toda la piel con las promesas que insinuaba, mordisqueando entonces su oreja. —¿Qué te parece si volvemos a la cama?

¿Se podía pedir algo más? Una mañana de domingo, una taza de café, una cama medio deshecha y la persona que le había robado el corazón tumbado a su lado. Pronto las risas llenaron el lugar hasta que fueron sustituidas por gemidos y por jadeos, por el roce de piel contra piel, de promesas a media voz y de besos robados con sabor a cafeína.

Actualización I





Hace años, muchos años, en un lugar muy lejano… En realidad no, pero es que quedaba bien comenzar así. Como iba diciendo, hace tiempo cuando me movía por LJ y demás lugares había algo que me llamó mucho la atención y en lo que no participé por falta de ¿tiempo? ¿motivación? Un poquito todo. Son las “denominadas tablas de viñetas” o de drabbles, que viene a ser algo similar. Como podéis ver el blog está bastante vacío y he pensado lanzarme a hacer mi propia tabla y ver qué sucede. Realmente las palabras no son originales, hay en mil lugares similares, pero quería probar para ver qué salía. Son relatos bastante cortos, tengo últimamente las Musas que van y vienen… y creo que podría ser interesante ir haciéndolas poquito a poco e ir rellenando esto.

Es una forma, como otra cualquiera, de hacer que despegue El Tapiz.

Pronto, además, espero poder traeros por aquí un par de seriales que tengo en mente. De uno de ellos tengo el Prólogo, del otro alrededor de 8 capítulos más o menos. También tengo otro oneshot escrito y otro a medias que no sé si no se va a terminar en convertir en otro serial.

Como veis ideas hay, el problema es que las Musas se han tomado unas pequeñas vacaciones después de “Guilty Intention”, supongo que fue demasiada presión.

¡Muchas gracias por pasaros por aquí y por la oportunidad que le habéis dado al blog!

Lyenever, la Tejedora de Sueños

martes, 18 de septiembre de 2012

{OneShot} Guilty Intention




Título: Guilty Intention
Personajes/Pareja: Yunho, Jaejoong. YunJae.
Rating: +18.
Género: Romance.
Resumen: Yunho se despertó con las muñecas atadas y sin poder moverse, sus ojos vendados impedían ver dónde se encontraba o por qué. ¿Qué era lo que estaba sucediendo?
Disclaimer: Por mucho que me gustaría lo contrario, se pertenecen a ellos mismos.


  Se movió intentando soltarse, pero no lo consiguió. Podía notar cómo sus muñecas se encontraban sujetas tras su espalda aunque de forma individual facilitando de esa manera que la postura fuera “natural”, todo lo natural que podía ser en esa situación. Sus ojos cubiertos le impedían ver lo que sucedía a su alrededor, cegados por una venda que de forma suave se sujetaba tras su nuca con firmeza. No sabía qué estaba sucediendo, sólo que se encontraba ligeramente mareado y que la cabeza le dolía como si hubiera tenido una mala resaca. Una muy mala resaca. Intentó recordar qué era lo que había estado haciendo antes de despertar de esa manera, pero lo cierto es que su mente se negaba a cooperar.

 Pequeños retazos de la noche anterior llegaron entonces, momentos en los que se podía ver a él mismo sentado tras el escritorio en su casa, con un montón de papeles delante de él mientras intentaba concentrarse en la última canción que estaba componiendo. ¿Qué hora era? No estaba seguro, no tenía hambre, ni siquiera sed. Una vez más se movió y le sorprendió ver que no había ruido de grilletes y que si movía las muñecas la sensación era suave, incluso cálida. Sin embargo, lo que fuera que le estuviera sujetando no estaba lo suficientemente suelto como para librarse de ello. Eso hizo que en un ataque de furia intentara soltarse una vez más, moviendo los brazos con fuerza y flexionando las muñecas en un intento inútil.

Buscó, entonces, analizar el lugar en el que se encontraba. Estaba sentado sobre un lugar cómodo, si se echaba ligeramente hacia atrás podía notar un respaldo por lo que estaba claro que era un sofá. ¿Qué tipo de secuestradores le iban a sentar en un sofá? Se quedó por un momento quieto, intentando escuchar algo pero no había ningún tipo de sonido que le indicara que hubiera alguien cerca. Un momento, ¿en qué instante había pensado en secuestradores? En el mismo momento en el que se había despertado sin poder poder ver absolutamente nada de lo que había a su alrededor. Sin embargo, ¿qué tipo de secuestradores le iban a sentar en un lugar cómodo?

Las pocas veces que se había imaginado algo así, aunque lo cierto es que no tenía demasiado tiempo para pensar en locuras como esas, lo había hecho con él mismo en algún tipo de sótano o, quizá, encima de una cama o en una silla de mala muerte, pero no en un sofá que debía reconocer que no era para nada incómodo y que no se estaba nada mal. Hizo entonces la prueba de levantarse, pero no pudo. Estaba claro que los extremos de aquello que le sujetaba por la muñeca estaba atado a su vez a algo más que impedía que pudiera moverse con facilidad. Gruñó ligeramente dolorido puesto que por muy suaves que fueran sus ataduras, lo cierto es que con el tirón habían conseguido clavarse en su piel.

Se sentía incómodo, como si alguien estuviera observando cada uno de sus movimientos. Como si hubiera alguien más allí que no podía ver, que ni siquiera podía sentir en realidad. Era su instinto el que le decía que estuviera alerta, que no bajara la guardia, que en cualquier momento podía suceder algo que le pusiera en peligro. Era esa parte animal que todo hombre tenía el que provocaba que el miedo no le embargara del todo y se mantuviera lo más firme posible. Había aprendido a lidiar con casi todas las situaciones posibles, podía conseguir salir de allí si se lo proponía. Fuera el que fuera el que le había llevado hasta ese estado tendría que entrar en esa habitación porque dudaba que se hubieran tomado tantas molestias para dejarlo ahí. No gritaría, ni pediría clemencia, había visto en más de una serie de televisión que era eso precisamente lo que más podía poner a psicópata: ver que tenía el control de la otra persona por completo. Su orgullo le impedía por sobre todas las cosas flaquear.

A su mente le volvieron a llegar más imágenes inconexas. Una llamada de teléfono, un nombre que no consiguió ver, una conversación que le había hecho levantarse de su escritorio y salir del apartamento que compartía con Changmin a altas horas de la noche. ¿Qué demonios estaba ocurriendo? porque no recordaba absolutamente nada más. Era como si su mente hubiera de nuevo decidido desconectarse e impedir que los recuerdos invadieran su memoria. Un escalofrío le recorrió de arriba abajo. Volvió a hacer presión intentando soltarse sin importarle el dolor repentino en sus muñecas, la sensación de que se clavaban. Los músculos de sus brazos se tensaron mientras que se movía hacia delante ahogando un grito que pugnaba por salir de sus labios. Un grito de pura rabia por sentirse en esa situación.

Odiaba no tener el control. No tener el control de sus actos, no tener la sensación de que podía ir y venir. Odiaba sentir que era otra persona la que le estaba dominando, fuera quien fuera. Odiaba no poder terminar con aquello. Odiaba que incluso el sonido de su respiración fuera demasiado fuerte para sus oídos y que el corazón le latiera tan rápido que estaba seguro de que se le iba a salir del pecho. Odiaba saber que estaba asustado, demasiado asustado, tanto que en cualquier momento podría romper con todas sus convinciones y ponerse a gritar para que se le escuchara, a suplicar para que le dejaran salir de allí como si de un niño pequeño se tratara. No lo era, no era alguien débil y no pensaba dejarse doblegar.

Jamás, por nadie, lo haría.

Entonces lo escuchó. Fue el pequeño crujido de una puerta que se abría de forma suave como quien busca salir o entrar en un lugar sin que se dieran cuenta, como el niño que se levanta por las noches para buscar un caramelo o quizá la noche de Navidad buscando cazar a Papa Noel poniendo sus regalos. Aunque en esos momentos la mente de Yunho iba más por otros derroteros. Las similitudes se relacionaban más con ladrones que entraban en casas ajenas para robar e incluso matar si las cosas se ponían feas. Su rostro se giró como si fuera un resorte hacia el sonido, sabiendo que todo su cuerpo se había tensado como la cuerda de un arco antes de que la flecha fuera lanzada. Después llegaron los pasos. Livianos, apenas audibles, que le indicaron que el suelo no estaba desnudo y que seguramente habría una alfombra o quizá que la otra persona no llevaba zapatos.

La tensión aumentó cuando pudo sentir esa otra presencia en la habitación detenida justo a su lado, sin tocarlo. ¿A qué estaba esperando? Ni siquiera había hablado, sólo podía sentir la mirada. Era algo pesado, que provocaba un cosquilleo en la base de su nuca y que provocó que se moviera de forma incómoda en el asiento. Los pasos se habían detenido hacía por lo menos varios minutos o esa era la sensación que le daba a él. Odiaba sentirse de aquella manera; tan indefenso que cualquiera podría hacer con él absolutamente lo que quisiera. Esa incomodidad que provocaba que sus muñecas se moviera de forma apenas perceptible una y otra y otra vez buscando la forma de soltarse de los amarres. Esa sensación de angustia en el estómago que aumentaba con cada instante que pasaba.

Sobre todas las cosas odiaba esa venda que cubría sus ojos y no le permitía ver el rostro de aquel que le tenía cautivo. Entonces lo sintió. Sintió cómo la otra persona se movía para deslizarse hacia atrás del asiento en el que se encontraba. Su espalda no tocaba el respaldo puesto que se encontraba en el borde del asiento, como si de esa manera pudiera salir corriendo del lugar en el que se encontraba. Dispuesto a encontrar la mínima oportunidad para escapar de allí. Una postura que quizá podía ser considerada incómoda, pero no estaba dispuesto a mostrar sumisión, no estaba dispuesto a dejarse vencer ni siquiera cuando estaba en tan pobres condiciones.

Se arrepintió de no tener la espalda apoyada en el respaldo en el momento en el que la primera caricia llegó, deslizándose lentamente por encima de la ropa que llevaba, bajando de forma insinuante hasta detenerse en su cintura apenas unos segundos. Su cuerpo se movió hacia delante intentando separarse, pero lo cierto es que no pudo, solo se hizo más daño en unas muñecas que ya estaban doloridas. Al menos habían tenido la decencia de no desnudarlo. Ese pensamiento llegó de manera repentina y se estremeció solo de pensarlo. Un estremecimiento que fue malentendido por la otra persona y que provocó que fuera todavía más atrevida.

Yunho pudo sentir entonces unos dedos largos entrelazarse en su nuca lo que le enfureció buscando apartarse de lo que fuera que llegara a continuación, pero no lo consiguió. Sus labios fueron tomados sin delicadeza. Su cabeza sujeta para que no pudiera moverse hacia atrás, inmovilizando a pesar de sus esfuerzos para evitarlo. Luchó contra ellos, arremetió buscando morderlos, cerró los suyos con firmeza cuando intentaron devorarlo de forma más íntima, su cuerpo se tensó una vez más, buscando alejarse... hasta que de repente se dejó llevar. A su cerebro le llegó una señal, una señal de que algo no estaba bien, de que no era razonable el luchar en esas circunstancias, que debería ceder para después plantar una batalla mucho más dura. No había perdido la guerra, únicamente una batalla.

Respondió entonces a ese beso. Un beso que pronto se deslizó de sus labios para bajar hasta su mentor donde su captor dejó un pequeño mordisco que envió miles de sensaciones a todo su cuerpo. Seguía inmovilizado y pronto lo estuvo más cuando sintió ese otro cuerpo que se movía hasta acomodarse encima suyo, a horcajadas puesto que sentía las piernas a ambas partes de sus caderas. Un golpe hizo que se moviera hacia atrás hasta que su espalda quedó por completo pegada al respaldo y él medio recostado por la postura que había tenido hasta ese momento. Su cuerpo se tensó de nuevo y sus brazos se movieron en un intento de llegar hasta ese otro que se pegaba por completo al suyo mientras sentía una estela de besos deslizarse por su garganta. Besos y mordiscos que humedecían su piel y la dañaban a su paso.

Un olor llegó entonces hasta su nariz, un olor que provocó que todo su cuerpo se volviera a estremecer una vez más. Sintió un mordisco quizá más fuerte de lo debido que provocó un gemido que se escapó sin poder ser controlado de sus labios. Un gemido en el que se concentraba la frustración y... algo más. Una vez más los brazos se movieron intentando desatarse y una vez más las ligaduras se clavaron en sus muñecas recordándole que estaba por completo indefenso frente al otro, que era alguien que no tenía voluntad para moverse. Lo que fuera que estuviera haciendo en su clavícula le estaba matando. Había apartado la ropa y podía sentir cómo esos labios que antes habían capturado los suyos, ahora tanteaban el pulso en ese lugar donde éste galopaba frenético. Sintió su lengua presionando, los dientes rozando de forma lenta toda su piel.

Sintió cómo su cuerpo le traicionaba y claudicaba ante esas caricias que marcaban su piel y que tocaban su alma. Las manos ajenas, libres a diferencia de las suyas, bajaron la cremallera de la cazadora de cuero que llevaba y lo pudo escuchar con total claridad. Se revolvió entonces intentando soltarse, buscando alejarse y haciendo todo lo contrario porque lo que hizo fue hacer que ese otro cuerpo se moviera todavía más contra él, que el roce se profundizara, que el calor que le invadía estallara como si estuviera en algún tipo de hoguera que no parecía tener fin.

Llegó entonces la risa, una risa que hizo que maldijera en voz baja sin poder contenerse. Y esta aumentó sin amilanarse, sin apagarse, inundando por completo todo su cuerpo y dejando una extraña sensación detrás. Las pocas barreras que aún se mantenían alzadas desaparecieron por completo. Pudo sentir cómo de forma juguetona rozaban la comisura de sus labios, lamiendo ese lunar que tenía en el superior apartándose cuando él se movía hacia delante, al tiempo que unos dedos ágiles comenzaban a desabrochar el primer botón de la camisa que llevaba. Un pequeño jadeo se escapó de sus labios al notar cómo las manos ajenas bajaban sobre la ropa por su torso sujetándolo cuando él intentó moverse hacia delante.

—No.

Y gimió ligeramente ante esa negativa, ante esos labios que se separaban de su boca para volver a bajar por su cuello una vez más. Estaba siendo torturado y lo sabía. Cada caricia provocaba miles de llamas que se deslizaban por todo su cuerpo. Cada beso humedecía esa piel que anhelaba el contacto en el mismo instante en que se alejaba. Necesitaba más, deseaba más. El aire de la habitación se le antojó frío mientras que los botones seguían desatándose estremeciéndose con cada mordisco, con cada roce, con cada momento en el que la lengua ajena viajaba por su piel en un viaje descendente. No estuvo seguro cuando sus piernas se abrieron para permitir que la persona que le había atado quedara entre sus piernas ni tampoco el momento exacto en el que su cuello se arqueó hacia atrás.

Sentía cómo se sujetaba a sus caderas instantes antes de que en un movimiento brusco la camisa saliera del borde del pantalón y fuera abierta por completo. Escuchó una aspiración más fuerte y cómo la tortura volvió de nuevo en el instante que esa boca del infierno comenzó a marcar caminos de saliva por todo su abdomen, deslizándose por su piel en espirales que llegaron a su ombligo y que hicieron que todo su cuerpo se tensara cuando sintió un ligero mordisco que mandó una vez más miles de sensaciones diferentes a sus terminaciones nerviosas.

Todo su cuerpo estaba pendiente a cada nueva caricia. Era como si de repente, ante la privación de la vista, el tacto se hubiera convertido en el sentido dominante. Todo le parecía que era más intenso, desde su respiración hasta la ajena, desde el olor que desprendía hasta el contacto de sus manos que parecía que ardían sobre su piel o quizá fuera él. Quizá en realidad fuera su cuerpo el que en ese momento estaba en llamas. Se sentía febril, como si de repente tuviera fiebre, una fiebre que le devoraba por completo y le hacía delirar porque lo que deseaba es que siguiera hacia abajo, que siguiera tocando y no se quedara únicamente en la piel de su abdomen.

Se volvió a mover entonces, intentando deshacerse de esas molestas ataduras que no le dejaban llegar hasta el otro cuerpo. No sabía muy bien en qué momento habían cambiado las prioridades. Ya no quería huir, sino que quería soltarse para poder alcanzar la otra piel, aquella que todavía tenía demasiada ropa. Para su desesperación en vez de bajar, subió de nuevo hasta sus labios impidiendo que hablara. No había delicadeza en ese beso, sino una lucha de voluntades. Por muy atado que estuviera, por muy indefenso que pudiera parecer que estaba, Yunho no dejaría que el otro lo supiera. Sin embargo, había algo de desesperación que hizo que el otro sonriera de medio lado pudiendo notarlo en sus propios labios mientras colaba una mano entre los dos cuerpo que volvían a estar demasiado pegados, dejando que sus dedos acariciaran lentamente el borde del pantalón sin ir más allá. El recorrido se mantuvo por el borde de estos, por la cintura, de ida y vuelta, quizá introduciéndose apenas en la ropa pero nunca bajando más allá.

—Dilo... Yunho... dilo. —susurró entonces, mordisqueando su mentón de forma lenta mientras se dirigía hacia su oreja acariciando con su respiración la piel humedecida y provocando un nuevo escalofrío. —Di las palabras mágicas.

Voz seductora que crispó todavía más sus nervios y que hizo que una vez más intentara soltarse. Su respiración se agitó, un gemido que se escapó en mitad de un jadeo mientras que notaba ese otro cuerpo que volvía a estar de nuevo a horcajadas en su regazo, moviéndose de forma insinuante y haciendo que se rozaran una vez más. Sintió entonces un pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja provocando que todo su cuerpo se estremeciera al tiempo que sentía ese aliento cálido bajar por su cuello de forma lenta sin llegar a rozarlo.

—Solo necesitas tres palabras... —de nuevo esa voz, esta vez un poco más lejana y amortiguada debido a que se encontraba recorriendo una vez más la piel de ese punto en el que cuello y hombro se unían. —Hazlo... y conseguirás lo que estás deseando.

Un gemido fue toda la respuesta que obtuvo en ese momento. Yunho estaba demasiado concentrado en sentir, tanto que se le había olvidado lo que era pensar y hablar parecía que era algo lejano que había aprendido, pero que en ese momento no sabía cómo utilizar. Le molestaban esas ataduras que no le dejaban moverse por lo que hizo fue alzar las caderas en un golpe seco que provocó que se alzara del sofá y junto con él el otro cuerpo que se encontraba pegado al suyo, provocando una nueva risa divertida que acarició la piel de su pecho a la altura del corazón, allí donde esos labios comenzaban a torturar ese botón rosáceo que se encontraba demasiado sensible, terriblemente sensible.

Un rastro de dolor que desapareció pronto convertido en placer cuando los dientes mancillaron la piel tan sensible, introduciéndola entre sus labios, soplando después. Las caricias aumentaron la intensidad y hubo por fin un roce en esa zona en la que todo su deseo se podía notar. Estaba tan endurecido que el pantalón molestaba, que la ropa tiraba. Deseaba liberarse. Un nuevo roce que estaba a punto de llevarle a la locura, de precipitarle por completo al abismo en el que poco a poco, de forma lenta pero continua, le estaba llevando.

—Hazlo...

Y no pudo más, su orgullo quedó olvidado en ese momento.

—Por favor... —sus labios fueron callados durante un instante por los ajenos, un beso rápido, un pequeño aleteo que fue más un roce que otra cosa y pudo imaginarse ese rostro pegado al suyo, esos ojos oscuros mirándole con intensidad. —-... JaeJoong...

Sus respiraciones entrelazadas de la misma manera que estaban sus cuerpos. Respirando el mismo aire, sintiendo cómo sus cuerpos se pegaban todavía más. JaeJoong sonrió brevemente sobre los labios de Yunho, dejando un pequeño mordisco en su mentón haciendo que el otro hombre se estremeciera de nuevo. Amaba esos pequeños temblores que le recorrían de arriba abajo, sobre todo porque sabía que era él el único capaz de provocarlos.

—-Estabas tardando en hacerlo, ya pensé que no querías seguir jugando. —susurró sabiendo que él le podría escuchar perfectamente e impregnando a su voz ese oscuro magnetismo que salía sin darse cuenta.

Por fin su zurda se entretuvo en desatar el cinturón del otro, sintiendo la piel de su cuerpo cuando introdujo la mano por debajo de su cuerpo y alcanzó esa parte del hombre que tenía debajo de él y que se encontraba completamente endurecida... por él. Sabía el momento exacto en el que Yunho había claudicado, el momento en el que se había rendido y había adivinado quién era el que le tenía atado, dispuesto para satisfacer todos sus deseos si se lo proponía. Deslizó sus dedos hacia abajo, acariciando toda la longitud hasta llegar a la base y volvió entonces a subir de nuevo notando molesta la ropa que todavía llevaba puesta y que no le dejaba maniobrar con tranquilidad.

—Necesito tocarte. —-el ruego llegó hasta sus oídos y alzó el rostro para mirarle a los ojos que se encontraban todavía cubiertos, dejando olvidado el torso que tenía delante de él y por el que había pasado sus labios mil veces, notando el sabor salado y tan característico que solo Yunho podía tener. —Suéltame.

Vió cómo los brazos de él se tensaban y una pequeña sonrisa apareció en sus labios, una sonrisa cargada de malicia a pesar de que no pudiera verlo. Adoraba ver cómo los músculos se tensaban, se contraían y se relajaban. Cómo podía notarlos bajo las palmas de sus brazos y cómo se movían ante su atenta mirada. Se notaba que había estado ocupado practicando las nuevas coreografías de ese álbum que saldría en unos días. Siempre le había maravillado la forma en la que todo su cuerpo se endurecía, la forma en la que bajo esa piel de satén, tan suave al tacto, había puro acero de músculos.

—Oh, no, hoy soy yo quien va a divertirse contigo Yunho.
—Entonces date prisa... quiero sentirte, maldita sea, quiero sentirte ahora.

Chasqueó la lengua ante la orden y apretó un poco más su mano alrededor de su excitación, lo justo para darle una advertencia mientras que sus dientes se hundían en su hombro sin molestarse por la marca que seguramente tendría al día siguiente, antes de depositar un tierno beso en el mismo lugar que había herido solo hacía un instante.

—¿Acaso no lo entiendes todavía Yunho? —preguntó de nuevo, más serio mientras que sus manos se mantenían ocupadas deslizando la ropa del otro hacia abajo para poder dejar, por fin libre y sin impedimentos, acceso directo a esa parte del hombre sobre cuyo regazo estaba. —Hoy no eres tú el que tiene el control, soy yo... y te haré esperar lo que a mí me parezca.

Era suyo y no pensaba desperdiciar esa oportunidad. Sus dedos se cerraron, comenzando a moverse de arriba hacia abajo mientras notaba su propia excitación, su propio deseo deslizarse por todo su cuerpo como una marea. Besó entonces sus labios con hambre mientras que se dejaba caer en la deliciosa vorágine de sensaciones que en ese momento se deslizaba por todo su cuerpo. Pasión y deseo, hambre y placer que destrozaban todo lo que había a su alrededor y que solo le permitían concentrarse en lo que tenía entre sus manos, bajo su cuerpo, en el sabor tan conocido que le enloquecía y provocaba que toda su mente se embotara, hasta el punto que en ocasiones pareciera que estaba borracho.

Una nube de placer que no le impidió parar antes de que Yunho se dejara ir del todo, bajando la intensidad de sus caricias y de esa manera aumentando la tortura un poco más. Pinzó el labio inferior entre los suyos, rozándolo con los dientes antes de dejarlo ir y apartó las manos provocando un sonido de rechazo del otro mientras que comenzaba a desvestirse a sí mismo. Lo primero fue la camiseta que cayó en algún lugar detrás suyo, sin preocuparse en realidad de donde. Quizá en la cama que estaba allí esperando por ambos y que sin embargo aquella vez no iba a ser la protagonista.

No, aquel sofá le parecía mucho más apropiado.

—Date prisa... —la voz de Yunho hizo que le mirara de nuevo y que sonriera mientras su cuerpo se pegaba una vez más al suyo, sin ropa molesta que impidiera poder sentirlo por completo. —Quítate los pantalones de una vez.
—¿Tan impaciente estás?

El rostro de Yunho se giró de nuevo hacia él, ciego gracias a esa venda que cubría sus ojos, haciendo que sonriera una vez más. Le quedaba bien, no sabía por qué no se le había ocurrido antes. Le gustaba tener de esa manera a Yunho cuando siempre era él el que buscaba tener el control. Sin embargo, esa noche, era suyo. Suyo por completo, para disfrutarlo de la manera que quisiera. No obtuvo respuesta y supo, porque conocía cada una de sus expresiones de la misma manera que podría conocer las suyas y de las de los otros tres que no estaban allí, que estaba cargado de frustración. Se libraba de que tuviera las muñecas sujetas, porque si no estaba seguro de que Yunho en ese momento le estaría devorando de mil maneras diferentes, hasta el punto de que se olvidaría de su propio nombre.

¿Acaso era tan malo eso?

Acalló esa voz insidiosa que le recordaba que en realidad estaba deseando que precisamente fuera eso lo que pasara y se apartó de la calidez del cuerpo que se encontraba en el sofá manteniéndose de pie. Durante un momento se quedó quieto, simplemente observando. El cabello revuelto, la camisa abierta, los pantalones bajados. Su mirada se detuvo en la excitación del otro y sonrió brevemente, lamiéndose los labios para después mordérselos. Ni medio minuto más tarde se encontraba completamente desnudo de nuevo en su regazo.

Moría por sentirlo, por devorarlo en cada uno de los besos, por acariciarlo hasta saber que estaba delirando de deseo y que era él el único capaz de llevarlo a ese estado. Que tenía el control suficiente como para poder provocar que perdiera contra lo que él le provocaba. La lucha comenzó entonces, una lucha llena de placer, de besos y de caricias, de gemidos y de jadeos. Sus respiraciones se mezclaban mientras sus labios se devoraban y sus cuerpos se buscaban. Las caderas de Yunho se alzaron y las de JaeJoong bajaron como si de esa manera pudieran estar todavía más juntos. Sus cuerpos sabían lo que querían, lo que ambos deseaban. Dientes que mordían la carne ajena, lenguas que se introducían con frenesí en la boca que los besaba.

Perdieron el sentido del tiempo y del espacio. No había nada a su alrededor, ni siquiera para JaeJoong que tenía los ojos para poder verlos. En algún momento él estuvo tan ciego como lo estaba Yunho mientras que el placer pasaba por ambos arrasando todo a su paso. De alguna manera que no estaba dispuesto a analizar en ese momento, porque solo quería sentir, notó en su interior a Yunho y un gemido mezcla de dolor y de placer escapó de entre sus labios. Fue su mano la que bajó para comenzar a acariciarse mientras que sus caderas se movían de forma acompasada a los envites del hombre que tenía anclado en su interior, debajo de él.

Sus labios se separaron, su espalda se arqueó y sintió que podía llegar a estallar en mil pedazos en ese momento, mientras que el placer atenazaba cada una de sus terminaciones nerviosas y todo su cuerpo buscaba ser liberado. Estaba navegando por las profundidades de sus propias sensaciones cuando abrió los ojos para ver cómo el de Yunho tenía una mueca de placer, para ver cómo arqueaba la espalda a su vez y cómo su cuello se echaba hacia atrás en ese momento en el que se encontraban en la cresta de la ola. Dos gemidos parejos de satisfacción escaparon a la vez, al tiempo que el cuerpo de JaeJoong se movía hacia delante para lamer su cuello que había quedado al descubierto sintiendo los últimos movimientos de las caderas de Yunho.

Ambos corazones martilleaban sin cesar, acelerados todavía. Las respiraciones rápidas y superficiales. Un nuevo gemido se escapó de ambos labios cuando JaeJoong se movió para que Yunho saliera de su interior y se dejó caer de forma definitiva sobre el otro cuerpo, besando lentamente su hombro, notando ese sabor que tanto le gustaba y que hablaba de sexo. Un sabor salado y masculino que ardía en sus labios en ese recorrido que le llevó hasta su mentón donde dejó un nuevo beso. Escuchó entonces la risa ronca, agotada de Yunho y una sonrisa apareció lentamente en sus labios sintiéndose demasiado bien en ese momento.

—¿Cómo conseguiste preparar todo esto?

La pregunta de Yunho hizo que se separara a regañadientes para poder mirarle, todavía con los ojos vendados, y una sonrisa pícara se deslizó por sus carnosos labios. Alzó entonces una de sus manos para acariciar lentamente el rostro masculino. Tan perfecto, tanto que no pudo evitar moverse hacia delante para besarlo una vez más.

—Fuiste tú.
—¿Yo? No creo recordar que hayamos hablado nunca de algo así.
—Tu concepto... —respondió entonces, buscando sus labios para besarlos de nuevo, porque era adicto a ellos a pesar del tiempo. —La imagen de tu teaser para Catch Me... pensar que todo el mundo te vería así, imaginarme lo que las fans estarían pensando cuando te vieron... —mientras hablaba sus manos pasaron por detrás de su cabeza para desatar finalmente la venda que había mantenido tapados los ojos de Yunho, dejándola caer y perdiéndose en su mirada en el mismo momento en que sus ojos cafés le enfocaron. —Los pensamientos, las intenciones que tendrían. —negó brevemente, rozando su nariz contra la suya en un lento gesto que solo hacía con él. —Me mataba por dentro.
—¿Así que decidiste ponerlo en práctica?
—Decidí que sería yo el único que te podría ver así, que te podría tener así y... —se apartó por un momento para mirarlo a los ojos. —no me arrepiento en absoluto.
—¿Ni siquiera por lo que me has hecho pasar antes de saber lo que estaba pasando?

Jaejoong rió de nuevo, mientras se movía hacia un lado sin apartarse del regazo de Yunho para poder desatar los pañuelos con los que su muñeca derecha estaba atada antes de hacer lo mismo con la izquierda. En el momento en el que fue liberado Yunho se movió para abrazarlo, estrechándolo en sus brazos mientras le observaba con gesto serio.

—No pienso dejarte ir hasta que me contestes.
—¿Vuelves a dar órdenes? ¿Acaso no te he enseñado cómo tienes que pedir las cosas? —bromeó el mayor con una sonrisa divertida mientras le miraba a los ojos. Le encantaba verse reflejado en ellos, imaginarse la forma en la que Yunho le veía.
—Jae...

El tono peligroso que su nombre tuvo en los labios de Yunho solo provocó una nueva risa en el hombre y negó brevemente, para dejar un pequeño beso antes de intentar moverse hacia atrás, pero no pudo puesto los brazos que se encontraban rodeando su cuerpo se lo impidieron. Arqueó entonces ambas cejas. Ambos sabían que tenía la fuerza suficiente para desprenderse de ellos si quería, pero sin embargo se movió para acomodarse un poco mejor en su regazo y apoyarse finalmente en su torso, rozando con su nariz en el hombro de Yunho en un gesto puramente mimoso.

—Sabía que me ibas a reconocer, que ni siquiera ibas a necesitar que hablara para que supieras quién era. —contestó entonces Jaejoong, dejando que una de sus manos comenzara a delinear lentamente su costado.
—No me has vencido, Jae.
—Lo sé, pero al menos he ganado esta batalla.

El rostro de Yunho se bajó para mirarle y el de Jaejoong se alzó para hacer lo mismo, sus miradas se retaron por un momento antes de que en un movimiento mútuo rompieron a la vez la distancia que los separaba para besarse, un beso que comenzó lentamente, con toda la paciencia del mundo, y que pronto se desató una vez más en miles de emociones diferentes prometiendo algo de manera silenciosa: aquella sólo iba a ser una de tantas batallas que se iban a librar esa noche para intentar ganar esa guerra silenciosa por el control.

domingo, 16 de septiembre de 2012

[OneShot] La culpa de todo la tiene el alcohol



Título: La culpa de todo la tiene el alcohol.
Personajes/Pareja: Yoochun, Junsu, Jaejoong. Yoosu.
Rating: PG.
Género: Romance.
Resumen: Es el cumpleaños de Yoochun y por fin han conseguido reunirse para celebrarlo, el problema viene cuando Junsu desaparece.
Disclaimer: Por mucho que me gustaría lo contrario, se pertenecen a ellos mismos.

Originales

 Todos aquellos relatos originales.

Cacería Nocturna

Truco o Trato {Especial Halloween}


Series en curso

Un listado de todos los seriales que se encuentran ahora mismo en curso.



Personajes/Pareja: JaeJoong, Yunho, Junsu, Yoochun, Changmin, Bi Rain, Shin Min Ah. // YunJae
Rating: +18.
Género: Romance, Sobrenatural, Universo Alternativo, Angst, Violencia.
 “¿Realmente creías que solo eran sueños o pesadillas provocadas por mentes demasiado fantasiosas? Error. Un error que puede llegar a ser fatal. Mira de nuevo, observa una vez más a tu alrededor, fíjate en cada uno de los detalles que te puede dar una pequeña pista de lo que en realidad está sucediendo. ¿Ves a ese hombre demasiado pálido de allí? ¿O aquel que en su mirada refleja algo más que simple pasión? ¿Qué me dices de aquella mujer que siempre tiene suerte, pase lo que pase, como si estuviera tocada por los hados? Oh, vamos, no seas tan ciego como el resto de los humanos y sé capaz de mirar más allá de una realidad que está rompiéndose a pedazos a cada segundo que pasa”.
Disclaimer: Por mucho que me gustaría lo contrario, se pertenecen a ellos mismos.
Prólogo
Capítulo I // Capítulo II // Capítulo III

Oneshots

Pequeños relatos, escenas sueltas, que no llegan a ser
tan largas como una serie.



Título: La culpa de todo la tiene el alcohol.
Personajes/Pareja: Yoochun, Junsu, Jaejoong. Yoosu.
Rating: PG.
Género: Romance.
Resumen: Es el cumpleaños de Yoochun y por fin han conseguido reunirse para celebrarlo, el problema viene cuando Junsu desaparece.





Título: Guilty Intention
Personajes/Pareja: Yunho, Jaejoong. YunJae.
Rating: +18.
Género: Romance.
Resumen: Yunho se despertó con las muñecas atadas y sin poder moverse, sus ojos vendados impedían ver dónde se encontraba o por qué. ¿Qué era lo que estaba sucediendo?



Título: Todos y cada uno de los días.
Personajes/Pareja: Yunho, Changmin.
Rating: PG.
Género: Angst.
Resumen: Los recuerdos aparecen cuando menos te lo esperas y en ocasiones es buena idea dejar que simplemente fluyan.

Drabbles

Pequeñas escenas de menos de mil palabras.

Tabla I
1. Café2. Soledad3. Color
4. Cenicero5. Sonrisa6. Mar
7. Foto 8. Sexo9. Chichón
10. Silencio11. Hospital12. Tacones
13. Amigo14. Cacahuetes15. Manos
16. Agridulce17. Sueño18. Viaje
19. Música20. Pijama 21. Sueño

La Tejedora




Ahora viene lo difícil… explicar quién soy.

Por Twitter me podéis encontrar como Lyenever y por facebook como Devara Tridea, pero en realidad me llamo María, ya veis, esta Tejedora tiene un nombre de lo más normalito y nada exótico, de esos que escuchar de forma continua por la calle. Soy española, de una ciudad del norte bañada por el mar, las tormentas y, de vez en cuando, el Sol. Nací cerca de donde hace lo mismo el río que da nombre a la Península y siempre he amado la Naturaleza, quizá porque la vista que tengo cuando me levanto por la mañana cuando estoy en la casa donde me críe son las montañas.

Me gusta leer y escribir, aunque no me considero un crack en esto último ni mucho menos. Creo que llevo haciendo ambas cosas desde que tengo uso de razón y capacidad para ello. Por regla general se me dan mejor los relatos cortitos, las viñetas sueltas, las escenas que vienen como un relámpago a mi cabeza y necesito escribirlas, supongo que es por culpa de la cantidad de años que me he pasado por foros de interpretación. Soy rolera desde hace puff o más tiempo, tanto en mesa como por internet. Adoro los juegos de ordenador aunque soy malísima y hace mucho tiempo que lo dejé porque perdía demasiado tiempo.

Mi estilo de música, por regla general, es bastante variado aunque siempre he sido de rock y heavy metal —o metal en general, la verdad—, por regla general grupos extranjeros. Por otro lado tengo mi lado más étnico en cuestión de música: la música celta me encanta, y hay una cantante que siempre me consigue enamorar… “Ofra Haza”, incluso he tonteado con Tarkan y música griega gracias a una amiga. Lo que no me esperaba, ni de casualidad, que me diera tan fuerte con el kpop y lo digo por una razón muy sencilla: siempre he estado curioseando por el tema manga y anime, pero nunca terminó de engancharme, sin embargo… ciertos caballeros me enamoraron casi desde el principio.

Lo cierto es que no fue un flash inmediato, no. No caí de rodillas adorándolos ni mucho menos. Lo primero que escuché de kpop —más allá de las OST de los dramas que veía y que nunca me dio por buscar, ejem—, fue “Get Out” de JYJ hará dentro de nada un añito. Como veis soy una fan bastante nueva. Mi mejor amiga se iba al concierto de Barcelona y creo que lo hizo como un intento de ver si me enganchaba y me iba con ella, pero… no me enganchó, me resultaba “demasiado flojo” tan acostumbrada a otro estilo de música como estaba. Sin embargo, me lo apunté. La canción que realmente es la culpable de estar aquí fue “Missiom” y fue porque consiguió animarme en un momento en el que estaba un poco baja, hasta el punto de que me la puse de manera continua. Y… bueno, poco a poco fui cayendo. “Mirotic” se deslizó en mi vida y entonces ya no tuve remedio: horas y más horas perdida por youtube viendo videos sobre los cinco o sobre ellos por separado.

Ahora mismo escucho más grupos y solistas coreanos, pero siempre serán mi debilidad.

¿Y por qué escribir? Y ahora pregunto yo… ¿por qué no? Aunque lo cierto es que no me lo había planteado hasta hace unas semanas que escribí mi primer oneshot sobre los chicos. Fue un impulso, algo que nació solo y que fue cobrando vida en la hoja en blanco. No soy mucho de escribir fics, soy más de originales, pero… se ve que con ellos todo se vuelve cabeza abajo y al final hago las cosas que jamás pensé que haría.

¡Muchísimas gracias por pasaros por aquí! Gracias por leer este tostón y espero que disfrutéis leyendo tanto como lo hago yo escribiendo.

Sugerencias



Este rinconcito es para una comunicación más directa. El nombre de “Sugerencias” es un poco ambiguo y básicamente es para que os pongáis en contacto conmigo por cualquier tema que queráis, por cualquier duda o por si tenéis alguna sugerencia.

Dudas, preguntas, sugerencias, lo que sea… incluso diría que hasta peticiones, aunque con estas tendría que ir poco a poco porque nunca he tomado ninguna y lo cierto es que aunque suena divertido, no sé cómo sería capaz de poder satisfacerla correctamente.

Así que… ¿tenéis algo que contarme? No dudéis en hacerlo ^^ dejadme por aquí un comentario y os contestaré lo más rápido que posible. ¡Gracias!

sábado, 15 de septiembre de 2012

Aclaraciones




Esta es la primera vez que abro un blog dedicado exclusivamente a lo que escribo. Por regla general tendía a hacerlo todo mezclado lo que provocaba que terminara agobiándome. He dado este paso con bastante miedo, pero esperando poder hacer algo en condiciones. No soy mucho de escribir fanfics, es más… hasta hace apenas unas semanas solo había escrito fics sobre Harry Potter y hace años de ello, pero desde que descubrí el fanfiction sobre DBSK, TVXQ, HoMin, JYJ o como queráis llamar a estos cinco chicos que nos han robado a todas el corazón, no he podido dejar de leerlo y al final me he decidido también a escribirlo.

Tengo más historias originales que fanfictions, pero van a ser estas últimas en las que me voy a volcar sobre todo. Aun así, va a haber de ambas cosas, quiero que esto quede claro desde el primer momento, de la misma manera que no solo habrá historias de temática yaoi u homoerótica, es más, creo que en sí solo ha escrito una hasta  el momento, sino que también la habrá hetero. ¿La razón? Creo que no solo de las primeras historias vive el hombre. Tendrán también un peso importante las historias en las que la amistad serán la tónica primordial, me gustan, me encantan y me gusta explotarlo.

Por otro lado, no me voy a centrar únicamente en DBSK o eso creo. Hay también otros grupos y artistas que me pueden inspirar una historia y que seguramente incluiré.

¿Qué más? ¡Ah! ¡Sí! Me encanta la temática sobrenatural. Suele ser con la que más cómoda me sienta, por lo que seguramente me pasearé bastante por ella. Tengo varias historias pensadas de esta temática, ideas sueltas que quieren reflejarse y que seguramente saldrán a la luz antes o después. También me gusta la Ciencia Ficción, por lo que igual cae alguna, pero no me voy a olvidar de la temática realista tampoco. En definitiva, que me gusta experimentar y me da que vais a ser mis conejillos de indias.

Finalmente decir que no tengo una pareja especial ni favorita, que no soy shipper en especial y que apoyo por igual a todos los chicos de DBSK. Aclaro esto porque no quiero que haya malos entendido ni nada por el estilo. Tengo debilidad por JYJ, especialmente por Yoochun, pero de la misma manera apoyo al HoMin, lo que no apoyo es a SM como empresa, pero no tengo nada en contra de sus artistas.

Y dicho esto… ¡Gracias por pasaros a leer por aquí!

 

Hilos Tejidos